Alegría, emoción y múltiples evocaciones primaron en una grata jornada protagonizada por los habitantes de la comunidad indígena de Zapahuira, especialmente, en adultos mayores, quienes, acompañados de sus hijos, transitaron tramos que frecuentaron hace más de 50 años , los que forman parte del Camino del Inca -Qhapaq Ñan-, en una actividad que fue la clausura del ciclo de capacitación y reconocimiento de la vía, materializado por la Consultora Suma Ajayu, con fondos del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural.
Tempranamente, un ambiente especial y de recogimiento primó en cada integrante de la delegación desde el instante de la pawa -permiso y bendición a la Pacha Mama-, ritual que se hizo contiguo a una chullpa -monumento mortuorio- , cercano al tambo incaico y al pie del cerro Huaycuta, que no fue impedimento para ser escalado y apreciar el paisaje circundante de la localidad, a 3.200 m.s.n.m. perteneciente a la comuna de Putre.
Tras el ritual, la delegación se trasladó a sectores ubicados al norte y centro del poblado, con el fin de ir reconociendo los tramos que, para algunos, les eran familiares, pues recordaron las veces que los frecuentaron y que, con el paso del tiempo, fueron quedando de lado, por lo que era evidente encontrar maleza, diseminación de piedras, pero que no fueron impedimento para identificar el objetivo principal, el Camino del Inca, corroborado por el profesional del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, el arqueólogo Álvaro Romero.
EN MEDIO DEL TRAMO
Romero, tras contextualizar histórica y geográficamente la relevancia del lugar en que se estaba (parte del tramo de 30 mil kilómetros que se extendió entre Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú, hasta el sur de Chile, construido por pueblos andinos y adoptado por los incas), respondió cada una de las preguntas que surgieron de los integrantes del grupo, además de aportar una serie de actividades que se realizaban en torno al tramo que mostró evidencias del tránsito agro ganadero, el que esporádicamente aún es usado y que evidencia el paso del tiempo.
"Son los distintos caminos que antes de la llegada de los camiones, unían a los pueblos de la pre cordillera. Acá, el camino inscrito son 9 kilómetros lineales -entre Socoroma y Zapahuira- y estamos como en el centro, que reconoció Unesco como sitio de Patrimonio Mundial (...), camino tropero con varias variantes, utilizado de manera intensiva hasta el año 50 (...), no sé si sea el camino principal (...), pero puede ser el último trazado por que el otro se desdibujó (...), de ahí que el tropero va buscando las rutas con la menor cantidad de piedras posible", resaltó Romero.
FALENCIA ESTATAL
Respecto a los compromiso asumidos a nivel de las regiones una vez producida la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad (2014) , Romero recordó que los intendentes de las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Antofagasta, establecieron un compromiso respecto a la administración de los sitios, los que iban a estar bajo la tutela de los municipios involucrados liderados por las máximas autoridades regionales "y no se ha hecho la administración por una falencia del estado, porque, en teoría, eso era totalmente inviable (...), y se deben hacer unidades locales, invitemos al municipio o comunidades indígenas, hay que cambiar el chip, ya que eso no funcionó y sabemos que, a nivel regional, hay que buscar urgente otra forma de administración, mediante un ente político por medio de la municipalidad, con una estructura legal de corporación y que puedan optar a recursos regionales y del nivel central", recordó Romero.
DESPUÉS DE 50 AÑOS
Recuerdos del traslado desde y hacia Socoroma, utilizando la vía que se diseminaba a diversos poblados de la provincia de Parinacota, denotó la relevancia histórica de Zapahuira como punto obligado de paso entre la pre cordillera y costa, que permitió el intercambio de productos hacia otros sectores, incluyendo a Arica.
Entre quienes asistieron a esta jornada, hubo expresiones respecto a la relevancia de la ruta ancestral y su extensión, que logró unir no tan sólo poblados cercanos, sino que formó parte de una vía excepcional.
"Por primera vez, hacemos estos talleres, en que queremos darle vida a este camino (...) y espero, a modo de propuesta, hacerle una mantención a este tramo que hace 50 años lo transité, pastoreando a mis corderos, en estas tierras que me vieron crecer", expresó emocionado, Ricardo Cutipa, presidente de la Comunidad Indígena de Zapahuira.
"He recorrido la vía, para ver las afectaciones y formas de remediar, por lo que me parece magnifico lo que hemos hecho, en una jornada extenuante, junto a integrantes de mi comunidad, y hemos podido ponderar la relevancia de esta, para sensibilizar a la quienes nos visiten desde la región, del resto del país y el extranjero ", agregó Jorge Calvo.
"Contenta el poder ayudar a materializar esta iniciativa con la comunidad, para que ellos se pudieran reencontrar con este sitio patrimonial, sentir y palpar ante el tramo ese sello de identidad, además de hacerles ver el rol y responsabilidad que les corresponde como potenciales administradores de este sitio, en donde han ratificado el interés por trabajar, elaborando una hoja de ruta a materializar en los próximos años", destacó la consejera ADI, Leslie Zapata.
PIONERA
Tras un almuerzo de camaradería, las voces inconfundibles de los Wayna Payachata, animaron a todos a bailar una cacharpaya a manera de despedida, no sin antes destacar a pioneras y visionarias como doña Leonidas Maldonado, quien motivó a las dirigentas y dirigentes actuales de comunidades indígenas a atesorar este tramo que ,si bien ha sido puesto en valor como Patrimonio de la Humanidad entre Zapahuira y Socoroma, queda en evidencia que cada uno de sus ramales son verdaderas venas que bombearon y unieron a poblados con el corazón incaico ubicado en el Cuzco.
HOJA DE RUTA
La actividad fue parte de un ciclo que, inicialmente, consideró la exposición de expertos en historia y arqueología, llevadas a cabo en la sede de la sede vecinal de la localidad, como también, mediante papelógrafos, ir marcando puntos relevantes del entramado, al igual que propuestas para que ayudaran establecer una hoja de ruta para la puesta en valor del sitio patrimonial en el mediano plazo, en que se considera revitalizar las costumbres en torno al Camino del Inca, con estudios de faenas comunitarias y festividades locales, la creación de una escuela y archivos locales, la realización de talleres de revalorización , la ejecución de limpieza y mantención de los tramos, periódicamente hacer recorridos de sensibilización y la promoción de un estudio y diagnóstico de un museo comunitario.
Finalmente, profesionales de la consultora Suma Ajayu reconocieron y certificaron a quienes participaron del ciclo, los que, a su vez, se manifestaron dispuestos a apoyar las iniciativas que sean necesarias para la puesta en valor y preservación de los diversos tramos del Camino del Inca , Patrimonio de la Humanidad, que demuestra es el gran sello distintivo del hermoso Zapahuira, el que después de medio siglo fue transitado por quienes formaron parte del ciclo de talleres.