El Mapa del Derecho a la Ciudad de Techo-Chile arrojó que el 84,89% de los habitantes de campamentos tiene una ocupación, sin embargo, sólo un 48,57% tiene un contrato formal de trabajo, mientras que un 49,91% no lo tiene.
En cuanto a los ingresos de las familias, el 42.27% de los hogares tienen ingresos laborales menores a 400.000 pesos mensuales y el 79,4% por ciento gasta entre 100.000 y 400.000 pesos sólo en alimentación.
El Mapa del Derecho a la Ciudad de Techo-Chile consideró 5.000 hogares pertenecientes a 103 comunidades en 10 regiones del país y que corresponden a asentamientos que cuentan con intervención de la Fundación.
La medición tiene el propósito de combatir la exclusión, exhibiendo la realidad de los campamentos. Es una instancia en la que la entidad identifica las necesidades más urgentes de las familias con las que trabajan y permite guiar el trabajo colaborativo.
La fotografía también muestra que entre las razones que explican por qué las personas se encuentran sin empleo, el 29% de las mujeres explican que no tienen con quien dejar a los niños y adolescentes, contra el 1,39% de los hombres.
La directora Social de Techo-Chile, Isidora Lazcano, explicó que “no sólo nos abocamos a la construcción de viviendas, sino que al estudio y diagnóstico de la situación en la que habitan las familias que viven en campamentos y la realidad es abrumante. Lamentablemente, queda claro que el campamento es un síntoma y la exclusión habitacional es la enfermedad”.
En concordancia con las cifras entregadas por Techo-Chile, en el Catastro de Campamentos 2021-2022, el 44,76% de las familias, a nivel nacional, quieren dotar el campamento de servicios básicos y regularizar el terreno donde viven.
Para Héctor Guarda Sj, capellán de Techo-Chile, “es necesario que el Estado diversifique las soluciones habitacionales, porque no ha tenido la capacidad de resolver la problemática de familias que viven excluidas habitacionalmente. Es importante que no se criminalice a quienes los habitan y no olvidemos que las familias han sido expulsadas a vivir en estos asentamientos, al no existir respuestas habitacionales adecuadas”.
El Mapa reveló, finalmente, que el 21.63% de quienes viven en campamentos no cuentan con agua potable; el 64.34% acceden a la energía eléctrica a través de la red pública sin medidor; el 7.32% no tienen sistema de eliminación de excretas; y el 18.75% de las familias declaran que la ambulancia no llega a donde viven.