Muchas veces se critica el uso de las cifras para poder abordar temas regionales, pero la verdad es que los números nos muestran una realidad que no pueden ser desacreditados.
Dicho esto, hay guarismos para considerar: Arica y Parinacota fue la región que tuvo el peor desempeño económico en el 2023 con una caída de -2,4% PIB regional, según consignó el Banco Central en su exposición hecha en esta ciudad hace unas semanas.
En tanto, la desocupación cayó 0,1% (alcanzando el 7,7%) lo que es positivo, pero lo malo es el aumento de trabajos informales, ya que son personas que no pagan impuestos, sin salud ni previsión. En el caso de la construcción se perdieron cerca de 3 mil puestos de trabajo, comparando el 2023 vs 2022; según el INE.
Pero no todo es malo y debemos destacar los esfuerzos que está realizando la Dirección de Obras Municipales (DOM), que han bajado los tiempos de aprobación (de 181 a 137 días y considerando que los permisos de edificación aumentaron un 12%); en ese sentido están SERVIU, MINVU, MOP y Municipalidad de Arica, que están empujando la inversión en infraestructura local.
Ya revisamos las cifras, ahora necesitamos que todos nos pongamos a trabajar con objetivos claros, para eso deben existir reglas claras, por ejemplo, que la Contraloría falle pronto el Plan Regulador para saber qué construir y dónde; también es importante el nuevo Plan de Desarrollo de Zonas Extremas 2024-2034 (PEDZE).
Necesitamos garantizar agua potable para nuestra ciudad, donde la desaladora es clave; requerimos de un relleno sanitario, un borde costero que esté vivo, verde, limpio, seguro y bien cuidado; además de un hospital que esté a la altura de la región y cantidad de habitantes.
Debemos trabajar en conjunto, en asociación público privado, para de lograr un desarrollo sostenible, de la mano del turismo-patrimonial, agricultura, logística y minería; porque construir una mejor región es obra de todos.
