A principios de este mes, por fin, inició sus operaciones el remodelado aeropuerto Chacalluta, poniendo término a meses de incomodidades. Dentro de sus características destacan que pasó de 5.352 m2 a 12.184 m2 construidos; lo que permitirá recibir hasta 1 millón de pasajeros al año. Asimismo, se extendió la pista de aterrizaje a 2.800 metros, lo que significará aviones de mayor capacidad; todo por un monto de 80 millones de dólares.
Ahora el gran desafío es cómo aprovechar al máximo esta nueva infraestructura. Para esto, es necesario lograr que las líneas aéreas entreguen una mayor oferta, con mejores horarios para todos quienes vivimos en Arica, región que tiene al turismo como uno de sus ejes estratégicos, pero hoy, cualquier viajero lo pensará varias veces antes de comprar un pasaje a nuestra ciudad, curiosamente estos itinerarios no se repiten otras urbes del norte, donde hay más y mejores opciones.
Junto a lo anterior, para Arica es importante estar más integrada con Iquique, Calama, Antofagasta o Atacama (por temas laborales, de negocios, ocio o salud), por lo que la opción de tener vuelos directos asoma como lógica, para así eliminar la inexplicable conexión con Santiago para llegar a las capitales regionales vecinas. Además, desarrollar vuelos internacionales hacia Arequipa, La Paz, Lima, Santa Cruz u otros destinos, después de todo Chacalluta tiene la categoría de aeropuerto internacional; todas estas medidas aportarán significativamente a reactivar la hotelería y turismo, pero es importante que debemos generar la oferta.
Para el crecimiento de Arica y Parinacota es fundamental atraer nueva inversión que explore todas las posibilidades de crecimiento y desarrollo para nuestra región, la que en definitiva mejorará la calidad de vida de los habitantes de todo el norte. Porque construir Chile es obra de todos.
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