A diez años y un día fue condenado el ex coronel de ejército Juan Iván Vidal Ogueta, por el ministro en visita Vicente Hormazábal de la Corte de Apelaciones de La Serena, como autor del delito de secuestro calificado de la ciudadana uruguaya Mónica Cristina Benaroyo Penco, hecho ocurrido, en septiembre de 1973, en Arica.
Tras el fallo, la Organización Mujeres, Memoria y Derechos Humanos de Arica realizó acto simbólico en honor a Benaroyo Pencu, quien fue secuestrada y asesinada por agentes del Estado. En el año 2008, el cuerpo de Monica Benaroyo fue encontrado decapitado al interior de un recinto militar, al sur de Arica.
Es así como, hasta el frontis de la ex cárcel pública de Arica, declarado Sitio de Memoria, llegó Ana Miles -ciudadana uruguaya radicada en nuestra ciudad hace 20 años- a rendir un homenaje a Mónica Benaroyo, pidiendo “nunca más y nunca más el olvido”.
“Fue ejecutada en septiembre de 1973, fue encontrado su cuerpo decapitado. Su cuerpo regresa dos años después a Uruguay, donde tiene sepultura, pero, recién hoy, a 50 años de su muerte, hay una condena en la cual existe sólo un culpable, dado que está vivo y las demás personas que participaron, están muertas… nunca más de estos hechos y lo otro es al nunca más el olvido. La justicia llegó, llegó tarde, pero creo que el no olvidar es parte del compromiso de los que estamos acá”, señaló Miles.
Carolina Videla, presidente de la Organización Mujeres, Memoria y Derechos Humanos, junto con transmitir, como entidad, sentimientos de solidaridad a la familia de Monica Benaroyo, llamó a poner en marcha el Plan Nacional de Búsqueda de Personas Víctimas de Desaparición Forzada.
“Queremos transmitir, como organización, nuestros sentimientos de solidaridad también a todas las familias de Mónica Benaroyo en el Uruguay y, como organización, a propósito de esto que está ocurriendo a 50 años del golpe de Estado Civil Militar, a 50 años, se ha declarado aún culpable condenado a 10 años y un día por secuestro calificado y nuestro llamado enérgico a todas las instituciones pertinentes e incumbentes a poner ya en marcha el Plan Nacional de Búsqueda de Personas Víctimas de Desaparición Forzada informada por el Presidente Gabriel Boric. Y esto es urgente, porque son más de 1.400 personas que se encuentran en calidad de detenidas desaparecidas”, afirmó Videla.
CONDENA
El ex coronel de ejército Juan Iván Vidal Ogueta fue condenado, por el ministro en visita Vicente Hormazábal de la Corte de Apelaciones de La Serena, a la pena de 10 años y un día de presidio efectivo, como autor del delito de secuestro calificado de la ciudadana uruguaya Mónica Cristina Benaroyo Penco, hecho ocurrido, en septiembre de 1973, en Arica.
Los demás culpables -todos militares pertenecientes al Servicio de Inteligencia del Regimiento “Rancagua”, agentes de la Sección II de esa unidad militar, se encuentran fallecidos.
Según los antecedentes de la causa rol 64.428, Mónica Cristina Benaroyo Penco, de 48 años de edad, vivía en Arica, cuando fue detenida por funcionarios de Investigaciones el día 14 de septiembre de 1973 y llevada a la ahora ex cárcel pública y sitio de memoria el día 20 de septiembre. Luego fue sacada desde ese recinto carcelario por militares pertenecientes al Servicio de Inteligencia del Regimiento “Rancagua”, agentes de la denominada Sección II de esa unidad militar.
El regimiento de Arica estaba bajo el mando del entonces coronel Odlanier Mena Salinas, quien años después dirigió la Central Nacional de Informaciones (CNI), ente represivo en el que también cumplió funciones jerárquicas el ahora condenado Juan Vidal Ogueta, quien operó en Santiago como jefe de división antisubversiva.
En un informe de la Policía de Investigaciones, junto al relato de testigos, declaraciones de gendarmes, carabineros y detenidas que vieron y compartieron con Mónica Benaroyo en el penal, consta que fue ingresada a la cárcel de Arica el día 20 de septiembre, a las 15:20 horas. También consta que fue sacada de ese recinto el día 25 de septiembre, a las 20:50 horas, por militares.
Declaraciones de otros testigos sobrevivientes y de ex funcionarios del Ejército coinciden en haberla visto al interior del regimiento “Rancagua”, al menos durante los dos meses siguientes, como prisionera en dependencias controladas por la Sección II de esa unidad.
El cuerpo de Monica Benaroyo fue encontrado decapitado, en julio del 2008, en el sector de Pampa Chaca, una zona donde, habitualmente, el Ejército hacía ejercicios militares desde antes de 1973.
Elementos descubiertos junto a sus restos mortales, como la caja de cigarrillos, un encendedor, etc., sitúan su muerte a una época cercana a su detención.
El fallo señala que: “aun existiendo indicios como ya se dejó establecido al analizar la causa de la muerte, sobre que la víctima debió ser ejecutada por sus captores, lo cierto es que al no haberse determinado científicamente en forma cabal que su muerte se debió a un acto deliberado de los secuestradores, si puede señalarse que, como lo estableció el Servicio Médico Legal, hay indicios de criminalidad, pero no son suficientes para tipificarlos como homicidio calificado, razón ésta para establecer que estamos en presencia de un secuestro calificado”.