El creciente desarrollo socioeconómico que ha experimentado el país ha producido un significativo aumento de demanda de agua para uso agrícola, hidroeléctrico, minero, industrial y doméstico.
Para la Región de Arica y Parinacota, esta situación adquiere una mayor relevancia debido a su localización subtropical, con marcada influencia del anticiclón del Pacífico que redunda en el déficit hídrico estructural característico de la zona norte del país. A este respecto cabe destacar que la disponibilidad de agua actual por habitante es inferior a 1000 m3/hab/año, umbral considerado internacionalmente como altamente restrictivo para el desarrollo económico, y que de no mediar mejoras sustantivas se acentuará y comprometerá las demandas proyectadas al crecimiento de la región.
En este escenario, la situación en los valles de Azapa y Lluta es especialmente preocupante, por cuanto ambos concentran la mayor parte de la oferta y de la demanda de agua de la región, alcanzando una condición deficitaria que se ha prolongado e incrementado durante la última década. La explotación intensiva y la recurrencia de años con déficit hídricos ha significado la agudización de conflictos entre agricultores y con otros usos competitivos, como el abastecimiento de agua potable de la ciudad de Arica, o las demandas sociales por usos ancestrales y ambientales, requiriendo esfuerzos institucionales para ser sobrellevados sin encontrar muchos de éstos aun una solución definitiva, pero si con un avance importante como lo es la construcción del Embalse de Chironta.
Es por ello que, entendiendo el cambio climático y la resiliencia como metas irrenunciables para avanzar en ciudades carbono neutrales, donde el reciclaje, la movilidad, el transporte, el ciclo del agua y la energía deberán ser parte de acciones concretas y de sabias decisiones, tal como nuestra ministra Carolina Schmidt como Presidenta de la COP25, mandatada por S.E. El Presidente Piñera, ha acuñado el término “Acción Climática Ahora”, y es por tanto nuestro deber, de todos, actuar hacia ello, a cuidar, proteger y conservar los recursos naturales que nos entrega nuestro planeta, y uno de ellos, elemento fundamental y básico para el ser humano, es el Agua, tal como el suelo y el aire, divinos elementos entregados por la naturaleza.
Menos del 1% del agua que tiene el planeta Tierra, está disponible para el consumo humano, y esta oferta generosa cada vez disminuye en comparación a la creciente demanda para actividades como las industriales, agrícolas, mineras y el propio consumo humano, más aún en el consumo exacerbado de bienes suntuarios y no suntuarios que la población exige, cada vez en mayor proporción, y para esto se destinan grandes volúmenes de agua con tal de poder cumplir, y todo esto nos significa un tremendo desafío para la humanidad en general.
Por ello las palabras iniciales fueron referidas al cambio climático; hemos tenido ya una tremenda ola que ha afectado a toda la humanidad como lo ha sido y seguirá siendo esta pandemia por el COVID19; seguidamente, una segunda ola que se nos viene, es la recesión mundial, en un corto y mediano plazo, especialmente afectando a aquellos países más vulnerables, con menos recursos, con muchos habitantes pobres y, detrás de éstas, ya está “en la puerta de tu casa” una tercera ola que es el cambio climático; ya vemos cómo éste está afectando al mundo entero. En nuestro país temperaturas anormales de calor en época de invierno, mes de julio reciente el más seco de nuestra historia, nuestros macizos cordilleranos con mucha menos nieve a la que estábamos acostumbrados observar o para recrearnos, la sequía y escasez hídrica haciendo lo suyo afectando humanos y no humanos en gran parte de Chile, son claros ejemplos, entre otros.
Para nuestro Ministerio del Medio Ambiente, la creación de la Mesa Nacional del Agua presentada por S.E. el Presidente de la República don Sebastián Piñera en octubre de 2019, ha sido una tremenda, significativa y loable iniciativa en la que somos parte, que está permitiendo hacer frente a la crisis hídrica que está atravesando nuestro país, además de fijar una política hídrica de largo plazo, proponiendo una infraestructura hídrica y forma de gestión del agua en un mediano y largo plazo y definir un marco legal y sustentable para esta política hídrica. Complementariamente, y atendiendo la llamada “tercera ola”, nuestro ministerio está ad portas de lograr la Ley Marco del Cambio Climático, proyecto de ley actualmente en el Senado de la República, desde enero de 2020, que busca lograr la carbono neutralidad al 2050 lo que ya se está traduciendo y seguirá así en el lograr una pronta gestión y control de las emisiones y por tanto, cuidar nuestros recursos naturales particularmente nuestro vital elemento, propender hacia la economía circular entendiendo que la regulación del ciclo de vida de todo producto que consumimos que en gran porcentaje ocupa el agua, deba aplicarse con urgencia, al igual que el manejo y minimización de residuos de todo tipo, y nuestra región de Arica y Parinacota está y seguirá así en esta misma línea, ya que es un deber de todos y todas que formamos parte de ella cuidarla, preservarla y protegerla para hacerla cada vez una región más sustentable.
