Ya muchos no recuerdan que hasta 1997 la ciudad de Arica sufría de cortes programados de agua potable, debido a que no había disponibilidad para toda la comuna. La solución de ese momento fue la instalación de una planta de osmosis inversa para tratar una parte de la cuenca subterránea del Valle de Lluta.
Hoy, la historia pareciera volver a repetirse, ya que en lugar de mirar al futuro Arica debe ver hacia atrás ante la posibilidad que la demanda de agua potable exceda la capacidad de producción (650 litros por segundo); recordemos que la Dirección General de Aguas (DGA) ya decretó escasez hídrica en sector Lluta bajo.
Una de las soluciones es la desalación de agua de mar, tecnología que en el mundo y nuestro país ha avanzado rápidamente, siendo un proceso cada vez más común y donde existe experiencia en la construcción y operación de las mismas. Si esto lo llevamos a cifras, en Chile ya existen 24 plantas desaladoras en 7 regiones del país, con una capacidad de generación de 10.583 litros por segundo.
Es importante recordar que el déficit hídrico es tema mundial, considerando que el 97% del agua del planeta es salada y el 3% dulce (69% congelada, 30% subterránea y 1% accesible para el ser humano). En lo que respecta a nivel local, tenemos dos valles que están siendo sobreexplotados por la agricultura y consumo domiciliario. Por lo anterior, resulta fundamental contar con antecedentes actualizados de la DGA, datos que permitirán tomar decisiones informadas y oportunas.
Es fundamental que, independiente de la solución (desaladora, reciclaje de agua del emisario u otra), las autoridades locales tomen decisiones ahora, con una mirada de futuro, porque una ciudad que no tiene agua potable no se desarrolla. ¿Los estanques de agua ya comienzan a llenarse? Esperemos que no, porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.