La menopausia puede tener consecuencias en las relaciones y la salud sexual. Además de los problemas psicológicos que pueden complicar las relaciones sexuales y el deseo, hay problemas físicos que pueden hacer que el sexo sea doloroso.
El principal síntoma de la menopausia relacionado con los problemas sexuales es la sequedad vaginal. Surge la pregunta: ¿Cómo impactan los cambios hormonales en el interés sexual?
SEQUEDAD VAGINAL Y LIBIDO
La sequedad vaginal, que puede ser un síntoma de la menopausia, está causada por niveles bajos de estrógenos. La piel más seca, la pérdida de elasticidad y el adelgazamiento de las paredes vaginales se deben a la disminución de la secreción hormonal.
Una vagina seca provoca dolor durante las relaciones sexuales, fenómeno que también se conoce como dispareunia que podría disminuir la libido de la mujer. Como consecuencia del dolor, incluso, la idea de intimar puede poner nerviosas a algunas mujeres.
Asimismo, la baja de estrógenos puede desencadenar el Síndrome Genitourinario de la Menopausia que, de acuerdo, a la doctora Soledad Vallejo, presidente de la Sociedad Chilena de Climaterio (Sochiclim), se presenta en el 15% de las mujeres que están en su premenopausia y que varía entre un 50% y 80% en mujeres en posmenopausia.
“Cuando disminuye el estrógeno, uno de los aparatos que más resulta afectado es el de la vagina y el aparato urogenital. Cuando no hay estrógenos, ese tejido o la capa superficial se va adelgazando y volviendo rígida. Esto provoca irritación, dolor al momento de mantener relaciones e incluso sangrado. Es una condición crónica, progresiva que, de no ser tratada con terapias de reemplazo hormonal, se puede agravar y persistir”, señaló la presidente de Sochiclim.
OTROS SÍNTOMAS
Los síntomas de la menopausia pueden asociarse a fatiga general, sofocos, dolor articular y noches de insomnio. Estos factores pueden contribuir a la irritabilidad, la fatiga o incluso la depresión de la mujer, lo que disminuye aún más el deseo de intimidad.
“Puede producirse un círculo vicioso entre intimidad dolorosa, miedo a la intimidad y nerviosismo e irritación a causa de relaciones sexuales incómodas. Estos estados pueden resultar estresantes para la mujer, continuando así el ciclo”, afirmó la doctora Milagro Sosa, directora médica de Abbott.
Aun así, muchas mujeres no revelan sus problemas sexuales ni siquiera a sus médicos. La recomendación para las mujeres es hablar de sus problemas con su médico para que pueda ofrecerle las soluciones que mejor se adapten a su situación particular.
“Ese es un tema bien complejo para las mujeres, porque la sexualidad es algo muy íntimo. En gran medida, se sienten afectadas en su autoestima y, eso, puede hacer más difícil mantener una relación sexual satisfactoria. Lo importante es que sí se puede tratar a tiempo, mejorando la funcionalidad de la vagina”, añadió Vallejo.
SOLUCIONES PARA PROBLEMAS DE INTIMIDAD
Desde la perspectiva médica, hay una serie de soluciones que deben administrarse bajo la supervisión profesional.
• La Terapia Hormonal para la Menopausia (THM): Sustituye parte del estrógeno y la testosterona que el cuerpo produce en cantidades menores que antes. Este tratamiento alivia a su vez algunos síntomas propios de esta etapa, lo que puede mejorar la libido.
• Los lubricantes: Para la sequedad vaginal, pueden reducir el dolor durante el coito.
“Como complemento a los tratamientos supervisados por médicos, las actividades físicas pueden reducir el estrés y la ansiedad mediante la liberación de endorfinas, que pueden aumentar el deseo sexual”, aseguró la directora médica de Abbott, añadiendo que es importante adaptar la intensidad y la duración de los ejercicios según el estado físico de cada mujer.
FORTALECER EL SUELO PÉLVICO
Los ejercicios de Kegel, o ejercicios del suelo pélvico, ayudan a fortalecer la vagina y la vejiga. Para que sean eficaces, deben realizarse de la forma correcta tres veces al día. ¿Cómo realizarlos?
La doctora Milagro Sosa indica lo siguientes:
• Asegurarse que la vejiga está vacía y sentarse o tumbarse.
• Contraer los músculos del suelo pélvico. Mantener la tensión y contar de tres a cinco segundos.
• Relajar los músculos y volver a contar de tres a cinco segundos.
• Repetir el ejercicio diez veces, tres veces al día (mañana, tarde y noche).
Sosa también recomienda hablar de lo que preocupa con la pareja y, si es necesario, consultar con un terapeuta de pareja para mayor orientación.
La consulta con un especialista en salud sexual puede ayudar. A menudo es necesario resolver primero los problemas sexuales subyacentes, que suelen ser psicológicos. Reducir el miedo y la frustración que rodean a la intimidad puede contribuir a que el dolor físico disminuya por sí solo.