Con el fin de lograr, entre diversas instituciones, lineamientos y recomendaciones técnicas en acciones que la Municipalidad de Arica quiere hacer con la comunidad para la intervención del cauce de río San José, profesionales del municipio local, de la Seremi del Medio Ambiente a través de su proyecto del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (Global Environment Facility, GEF) y Sernatur, realizaron una visita en terreno para ver la forma de intervenir y proteger dicho lugar.
Allí, los servicios mencionados, más profesionales de Servicio País, convocados por el municipio junto a comuneros del Valle de Azapa, recorrieron la zona para visualizar un programa en el marco de conservación de la especie (Proyecto GEF y plan Recoge) a través del turismo con fines especiales.
Tras la visita, la coordinadora regional del GEF, Paula Arévalo, explicó que “la microrreserva de Azapa está elevada como hito turístico dentro del acuerdo con la IMA, quienes están ya trabajando con Sernatur, para avanzar en el desarrollo turístico, por lo que la micro será mostrada como un insumo para capacitar a los proveedores de servicios turísticos, puesto que ellos ya ejecutan un plan llamado Programa Estratégico Regional Transforma Turismo”.
MICRORESERVAS
Por su parte, el seremi Pablo Bernar Vargas destacó que “la red de microreservas figura elaborada, diseñada y pensada por la Seremi de Medio Ambiente en conjunto con aves de Chile, ha sido un herramienta clave en el avance en la protección de los terrenos fiscales para la conservación y gestión del Picaflor de Arica” y añadió que “durante el 2019, se trabajó en la habilitación de estos importantes sitios (5 microreservas) que luego pasarán a formar parte oficialmente de las áreas protegidas de la región con la figura de Monumento Natural sumándose al ya creado Monumento Natural Picaflor de Arica en Chaca, convirtiéndose en un corredor de la biodiversidad único en nuestra región”.
Cabe agregar que una de las amenazas más fuertes que tiene el Picaflor de Arica es la pérdida de su hábitat. En esta especie en particular, este factor es aún más complejo, porque su ciclo vital está enlazado con el territorio donde se alimenta y reproduce. Tanto así, que esta especie de picaflor al mover sus alas más 50 veces por segundo tiene tal gasto energético que requiere del néctar de las flores cada 15 minutos para sobrevivir.
En este contexto, en el marco de un proyecto GEF para especies amenazadas llevado a cabo por expertos del Ministerio del Medio Ambiente y la Seremi de Arica y Parinacota, hoy se está trabajando en un nuevo modelo de conservación, el cual busca recrear microreservas, que corresponde a un sistema de pequeñas islas ecosistémicas que permitirían así asegurar el hábitat del picaflor, conectando el territorio de esta ave dentro de los valles donde vive y ayudándola a desplazarse hacia la cordillera.