Desde que estaba en la universidad, Alex Seelenberger se sentía atraído por el emprendimiento. Así fue como su primera empresa la formó con un par de amigos, con quienes compraba computadores desde China, los ensamblaban aquí y luego los comercializaban a multitiendas locales para ser vendidos con sus marcas propias. Eso fue sólo un comienzo.
Tras salir de la Universidad de Chile, el Ingeniero Comercial se desempeñó como consultor para The Boston Consulting Group, en las industrias farmacéutica, servicios financieros y minería de Latinoamérica. Posteriormente, y luego de estudiar un MBA de la Universidad de Harvard -donde egresó como Baker Scholar-, trabajó en Athelera LLC, en Nueva York, donde se enfocó en fusiones y adquisiciones para América Latina y Europa.
Con la llegada de la crisis subprime en Estados Unidos, se le abrió la oportunidad de comenzar en Chile con Aurus Capital. “Llevaba años pensando en qué emprender y no se me ocurrían grandes ideas. Encontré en Chile una buena opción, porque iba a estar en contacto con muchos emprendedores, y si encontraba algo en alguno que quisiera hacer y que el proyecto no tuviera mucha espalda, podía trabajar con el emprendedor. Pero al poco andar, me enamoré del proyecto de Aurus”, expresó. Hoy Seelenberger es socio de Aurus Capital y asesor experto del programa de emprendimiento basado en la metodología Company Building, APTA Builder, impulsado por el hub APTA.
• De los emprendimientos que le ha tocado apoyar, ¿ninguno ha llamado tanto su atención como para embarcarse en él?
- Lo que pasa es que me embarqué desde este lado, el del inversionista activo. Cuando me invitaron a hacer esto, yo no sabía qué esperar de lo que iba a ser el Venture Capital en Chile. Me enamoré de la oportunidad de hacerlo, del posible impacto que tendríamos si fuésemos exitosos y, obviamente, tengo mis amores en los emprendimientos en los que estoy. La verdad es que a diferencia del modelo de Venture Capital típico norteamericano, yo siento que más que un simple inversionista, he sido un co-emprendedor y co-fundador en varias de las compañías. Además, a lo largo de estos años, hemos desarrollado relaciones de confianza con muchos emprendedores, por lo tanto, al final del día estoy involucrado en casi todas las decisiones que toman. Los he ayudado con la parte financiera, legal, financiamiento y en algunos casos como director ejecutivo. Entonces, ha sido muy de arremangarse la camisa, ensuciarse las manos y emprender. Te diría que es lo más cercano a emprender que se ha podido, sin ser directamente el emprendedor.
• ¿En qué cree que Chile ha avanzado?
- La industria chilena ha avanzado, pero todavía está inmadura y como estamos casi todos haciendo esto por primera vez, hemos cometido algunos errores o tomado caminos más largos de los que se podrían haber recorrido. Ahora, esto no quiere decir que el objetivo final no se vaya a lograr, pero puede que tome más tiempo. Soy optimista y espero por la llegada de historias de éxito, pero soy majadero también en definir qué es lo que estas historias de éxito debieran ser. En Chile, se abusa demasiado del concepto de éxito o historia de éxito, haciendo alusión a un levantamiento de capital, a algún hito intermedio en el desarrollo del emprendimiento o a otro suceso similar. Siendo muy claro, esas no son historias de éxito. Si son habilitantes para que las historias de éxito aparezcan. Pero las historias de éxito ocurren cuando las compañías llegan un nivel en que no sólo son capaces de sustentarse por sí mismas, sino que sus productos o servicios han sido validados por el mercado y están creando mucho valor. Una historia de éxito tiene que estar dotada de una cierta magnitud, escala e impacto, de lo contrario, su efecto no es suficiente para que impacte una industria como la nuestra. Otra definición de historia de éxito podría sería un evento de liquidez para los accionistas (una fusión o adquisición de la compañía) a una escala o valor elevado y en donde la rentabilidad para estos sea muy atractiva. Ganarse un premio en una competencia de emprendimiento, recibir un subsidio o bien ser sujetos de inversión no son historias de éxito, ya que esas compañías aún pueden fracasar.
• ¿Chile presenta más o menos brechas que los otros países de la región en el desarrollo de empresas de base científica- tecnológica?
- En lo que es tecnologías de la información, Argentina está reconocido en el mundo porque tiene muy buenos ingenieros y en ciencia diría que están igual que nosotros. Brasil pareciera ser similar por el lado de la ciencia, lo que es sumamente extraño dado el tamaño del país. Uno esperaría que la inversión en biotecnología fuese muy superior a Chile y, sin embargo, no pareciera serlo. En tecnología, en cambio, nos dan cancha tiro y lado puesto que el sólo tamaño de su economía les permite una escala gigantesca para que este tipo de emprendimientos puedan surgir y atraer inversión sin las complejidades de tener que internacionalizarse para lograr una escala mínima para el negocio. Colombia está bastante bien en cuanto a métricas generales, pero en ciencia están más bajos que nosotros.
• ¿Hacen falta iniciativas para la creación de este tipo de compañías?
- El programa de emprendimiento del cual soy asesor, APTA Builder, impulsado por el hub APTA, está tratando de llevar una metodología y una manera seria de apoyar un número reducido de emprendedores. Enfocarse en algunos pocos y darles todas las herramientas que se les pueda dar para que sean exitosos, es algo que Builder podría hacer y sería refrescante para el ecosistema local. La gracia es estar en contacto con las nuevas camadas de cosas entretenidas que se vienen y poder ayudar un poco a que al final del día alguna historia de éxito se materialice. Como dicen, cuando sube la marea todos los barcos flotan, por lo tanto, una historia de éxito de donde sea que venga, nos aporta a todos y si podemos ayudar a que eso suceda antes, bienvenido sea.
