El tema museo Chinchorro no termina. Hace un par de semanas atrás, la consultora IDOM de Santiago, en alianza estratégica con la Fundación Altiplano, solicitó reunirse con los socios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Arica para exponer sobre el estudio de prefactibilidad para la construcción del Centro de la Cultura y las Artes de Arica y Parinacota, iniciativa por más de 276 millones de pesos.
Pero grande fue la sorpresa de todos al constatar que el viejo anhelo del museo ya no era tal y que había cambiado a un concepto diferente al original: centro cultural, pero peor aún, que el componente Chinchorro ya no estaba.
Esto nos parece un crimen, un golpe bajo a la ciudadanía que por tanto tiempo luchó y soñó con una edificación, que más que museo sería un pilar fundamental, un faro que guiaría el desarrollo regional asociado al turismo y que cobijará a un patrimonio mundial, las momias más antiguas del mundo, exportándola a todo el globo.
No malinterpreten estas palabras, un centro cultural puede ser un gran aporte para la comunidad, pero como región hoy se requiere aspirar a una obra monumental que debe estar emplazado en el mejor lugar de Arica y que guarde el tesoro Chinchorro, que pareciera estar secuestrado en Azapa, lejos de la comunidad y que va en contra del sentido mismo de los Chinchorro, que eran eminentemente un pueblo costero de pescadores y recolectores.
Quizás fuimos ilusos, confiados, soñadores al creer que finalmente ahora sí se concretaría este viejo anhelo en el que todos están de acuerdo, pero donde finalmente el bien común fue ignorado, desechando la imagen ciudad que tenemos, esa de ver una ciudad turística que muestre todas sus riquezas. Agregar y lamentar que esto atenta contra la nominación de patrimonio de la humanidad ante la UNESCO, ya que para que ello ocurra debe existir un empoderamiento y vínculo con la comunidad que se ve cada vez más lejano.
Otra vez estamos desaprovechando una oportunidad única, la de escribir hoy la historia del futuro, pero todavía es tiempo, porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.
