Diversos estudios han demostrado que existe una directa relación entre ciertos problemas de salud y la falta de sueño. Una mala noche puede generar comportamientos erráticos al día siguiente tales como olvidar las llaves, cometer errores en el trabajo o cabecear en el auto. La falta de sueño sistemática puede generar trastornos más complejos, tales como, mayor riesgo de depresión, obesidad, diabetes, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Lo que no se conocía en detalle hasta ahora era el por qué esta falta de sueño modificaba nuestra capacidad cognitiva. En una nota del diario ABC.es se dio a conocer un trabajo que fue publicado en “Nature Medicine” donde se reveló cómo la falta de sueño interrumpe la capacidad de nuestras células cerebrales para comunicarse entre sí, lo que lleva a lapsos mentales temporales que afectan la memoria y la percepción visual.
“Hemos descubierto que privar a nuestro cuerpo del sueño necesario también limita la capacidad de las neuronas de funcionar correctamente”, señaló Itzhak Fried de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) en el diario ABC.es. “Esto explicaría de alguna manera el camino para los lapsos cognitivos que padecemos después de una ‘mala noche’ y afecta nuestra forma de percibir y reaccionar ante mundo que nos rodea”.
Fried estudió 12 pacientes epilépticos. Todos ellos tenían electrodos implantados en sus cerebros con el fin de identificar el origen de sus ataques epilépticos como paso previo a una cirugía. Debido a que la falta de sueño puede provocar convulsiones, los profesionales médicos hacen que estos pacientes permanezcan despiertos toda la noche para acelerar el comienzo de un episodio epiléptico y acortar así su estancia en el hospital.
Los investigadores vieron que la falta de sueño interfirió en la capacidad de las neuronas para codificar información y traducir la información visual al pensamiento consciente. El mismo fenómeno puede ocurrir cuando un conductor privado de sueño nota un paso peatonal frente a su automóvil. “El acto de ver al peatón se ralentiza en el cerebro cansado del conductor. Su cerebro necesita una mayor cantidad de tiempo para registrar lo que está percibiendo”, explicó Yuval Nir, otro de los autores para ABC.es.
Pero además, los investigadores descubrieron que las ondas cerebrales más lentas acompañaban a la inactiva actividad celular en las mismas regiones del cerebro de los pacientes. “Este fenómeno sugiere que las regiones seleccionadas de los cerebros de los pacientes estaban dormitando, causando lapsos mentales, mientras que el resto del cerebro estaba despierto y funcionando como de costumbre”, explicó Fried.
“La falta de sueño ejerce una influencia similar en nuestro cerebro a beber demasiado alcohol. Sin embargo, no hay una manera médica de identificar a los conductores cansados en la carretera de la misma manera en que se detectan a los conductores ebrios”, finalizó Fried.
Los investigadores se encuentran ahora analizando más profundamente beneficios del sueño. En el futuro pretenden desentrañar el mecanismo responsable de los fallos celulares que preceden a los lapsos mentales.