Una bastante peculiar semana política despidió agosto y dio la bienvenida a septiembre. Y es que la llegada con fórceps del socialista José Miguel Insulza como candidato a senador de la región, provocó una confusión y remezón al interior de la Nueva Mayoría que todavía trae coletazos.
Y es que en el afán de convencer al ex canciller para postular por Arica y Parinacota, las cúpulas partidistas capitalinas, como siempre, no les importó en nada las sensibilidades de los dirigentes y militantes locales, por lo tanto, no midieron (o ni siquiera les interesó) el impacto de la acción en la región.
Al primer coletazo que públicamente dio el diputado del PS Luis Rocafull -afectado directamente por la imposición centralista-, se sumó el provocado por la directiva de la Democracia Cristiana local que, obedientes al mandato enviado desde la capital del reino, salió a apoyar a Insulza en desmedro de la desconocida candidata de la DC, Trinidad Parra, quien también salió a zapatear al ruedo de una fonda a la que fue invitada para rellenar la galería.
Esta confusión de lealtades partidarias trajo como consecuencia que la directiva local del Partido Socialista saltara a la cancha a confirmar que sí apoyaban a Insulza, en un contexto donde nadie sabe quién está con quién de verdad y cuántos solamente están para responder a las apariencias políticas.
En fin, la llegada del llamado Panzer, junto con provocar el izamiento a tope de las banderas contra los afuerinos en nuestra región, levantó una polvareda que vino a contaminar aún más las ya poco transparentes relaciones al interior de la Nueva Mayoría.
Udo João Gonçalves Flores
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