Están llegando a Chile 5 millones 600 mil turistas al año. Es un incremento importante que obliga a que las distintas estrategias de desarrollo regional –sumado a los emprendimientos de todo nivel– tengan que acondicionarse para este importante desafío.
Más de la mitad de las llegadas de turistas extranjeros visitan el Sistema Nacional de Áreas Silvestres protegidas por el Estado, y también parques privados. Las ciudades y las áreas rurales, también requieren prepararse para este fenómeno. Por su estabilidad y su gran diversidad natural y cultural Chile resulta atractivo.
Siendo la naturaleza el mayor atractivo, resulta fundamental la protección de ésta, no solo a través del Sistema de Parques y Reservas, sino también mediante instrumentos como la zonificación del borde costero, el ordenamiento territorial y el objetivo de garantizar que no se sigan presentando proyectos que transforman a partes de las regiones en zonas de sacrificio, como son las termoeléctricas, algunos emprendimientos mineros, y áreas donde se concentran residuos domiciliaros o industriales.
La política de desarrollo económico del país no se hace cargo como debiese de lo mencionado, a lo que hay que agregar las frecuentes situaciones de emergencia que se agudizan a causa de los problemas de los efectos del cambio climático.
Más del 80 por ciento de las áreas silvestres protegidas por el Estado se concentra en la Patagonia, que representa el 34 por ciento de la superficie del territorio nacional en Sudamérica. El reciente proyecto de Red de Parques se financiará con el incremento turístico para la administración y también para el mejoramiento del estándar que requieren los parques atendidos por Conaf, complementado con el futuro Servicio de la Biodiversidad que se encuentra en trámite legislativo.
Nuestro país y las distintas regiones aún tienen muchos desafíos, ya que las cifras de crecimiento turístico no guardan relación con la inversión que en ellas se hace, aunque se ha incrementado. En promedio los visitantes extranjeros dejan 625 millones de dólares, mientras que los nacionales aportan 417 millones. Si nos comparamos con otros países que también poseen atractivos naturales, como Nueva Zelanda y Costa Rica, estamos frente a un camino por el cual perseverar en cada rincón de Chile. En nuestro país se registran 4 millones 478 mil llegadas con un gasto promedio de 538 dólares por turistas; en cambio, en Nueva Zelanda las llegadas alcanzan 2 millones 272 mil, con un promedio de 3.039 dólares. En Costa Rica, 2 millones 660 mil llegadas, con un gasto de 1.235 dólares por cada visitante.
A lo anterior, habría que agregar los servicios ambientales que prestan las áreas naturales protegidas, como son la cantidad y calidad del agua, biodiversidad, limpieza del aire, atractivo escénico, desarrollo turístico, científico, recreativo, que evaluados por estudios de la Universidad de Chile, llegan a una cifra de dos mil millones de dólares anuales. Estos desafíos tienen que verse crecientemente reflejados en el Presupuesto nacional, en las políticas de buen uso del territorio y en el empoderamiento regional para su buena administración.
