Henderson es una pequeña isla de apenas 37,3 km2, uno de los pocos lugares del mundo cuya ecología no se ha visto afectada por la presencia humana y es patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 1988.
Por sus especiales características, un equipo de biólogos, encabezados por Jennifer Lavers, llegó hace dos años para realizar estudios sobre la fauna y la flora autóctonos, pero se llevaron una sorpresa mayúscula al encontrarse con su paisaje prácticamente envuelto en plástico, así lo informó el diario ABC.
De acuerdo a la investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), durante los meses que duró su trabajo, el equipo de Levers pudo contar hasta 37.661.395 de restos y fragmentos de basura, especialmente plástico, lo que convertía automáticamente a la isla Henderson en el lugar más contaminado del mundo con este material, con una densidad de hasta 670 restos de plástico por metro cuadrado. La isla, de hecho, parece estar actuando como un auténtico sumidero para los desechos plásticos oceánicos.
Lavers, de la Universidad de Tasmania, en Australia, y su colega Alexander Bond, concluyeron que esta remota isla tiene la mayor densidad de basura jamás reportada en la naturaleza. Según sus cálculos, Henderson contiene por lo menos 17,6 toneladas de desechos plásticos y cada metro cuadrado de la playa recibe alrededor de 27 nuevas piezas de basura cada día.
Para los investigadores, lo más aterrador es que, incluso, las 17,6 toneladas de plástico de la isla Henderson no son nada si las comparamos con todo el que existe en el planeta. De hecho, en el mundo creamos exactamente esa cantidad de objetos de plástico cada dos segundos. Y el estudio recién publicado indica que islas remotas como Henderson pueden estar recibiendo muchos de esos desechos, convirtiéndose en grandes (e involuntarios) vertederos.